lunes, 29 de abril de 2013

23 DE ABRIL ES EL DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO Y EL DÍA DEL IDIOMA


Hoy nuestra institución elige este día para  la realización de actividades que permitan reflexionar en la riqueza de nuestro idioma, la importancia de leer un libro, para el conocimiento de lo real o lo imaginario y  de la adquisición de  información de la ciencia,  la cultura, deporte, política., etc.   A la vez que nos permite mejorar en nuestra capacidad para escribir bien y comunicarnos mejor con los demás.

La lectura le  traslada a otro mundo, le permite enriquecer su conocimiento, le brinda herramientas para hablar bien y escribir de manera correcta ;  entonces estudiantes y compañeros, hoy los invitamos  a leer un poco más, y a aventurarse  en las maravillas  que posee nuestro hermoso idioma español.
Toda la transmisión de ideas y los contactos intelectuales, la interpretación de bibliografías y medios de comunicación orales y escritos, así como la conversación e intercambio cotidiano de pareceres, tiene una base en común: EL IDIOMA; elemento imprescindible de comunicación  en el ser humano.
Recordemos  hoy que la defensa del idioma en su cuidado y uso correcto induce a mantener las tradiciones culturales de un pueblo. Y Preservarlas es responsabilidad de todos.

ASI VIVIÓ NUESTRA INSTITUCIÓN EL DIA DEL IDIOMA 





Se vivieron diversas actividades artísticas; donde los mayores  actores fueron nuestros estudiantes, se disfrutó de bailes,  fonomimicas,  canciones,  y también quedó espacio para la diversión 










Y de la mano con las expresiones artísticas se retomó la importancia de  la motivación  a la lectura  y las reflexiones de la necesidad de mejorar nuestras habilidades ortográficas en la actualidad, por lo cual se dispuso de  variados carteles con mensajes ortográficos y errores ortográficos, para hacer análisis de su enseñanza a través de un  RECORRIDO  IDIOMÁTICO  y aquí les compartimos algunos  mensajes y ejercicios de ortografía.






 Nada enriquece tanto los sentidos, la sensibilidad, los deseos humanos, como la lectura. Estoy completamente convencido de que una persona que lee, y que lee bien, disfruta muchísimo mejor de la vida.



Analfabeto no es aquella persona que no sabe leer, analfabeto es aquella persona que sabiendo leer no lo hace.

DIA DEL LIBRO

Ponle al niño un libro en la mano. Un libro que hable de amor, de vidalitas, de viajes. Un libro que sea almácigos de sueños en la sien. Un libro que le enseñe de qué color es la ternura, en que lenguaje conversan los pájaros, por qué en otoño caen las hojas, por qué los tréboles amanecen con lágrimas. Un libro que le cante canciones de lluvia, de viento en los jardines, de siestas con chicharras y villancicos en violines de grillo.






Un libro que le diga: Que el trabajo no es una maldición ni un castigo; que la palabra tierra y la palabra arado tienen cinco letras como la palabra trigo y la palabra árbol y la palabra hogar. Que no hay en la vida ningún tesoro más preciado que la lealtad de un amigo, ni pan más rico que el ganado con el bíblico sudor de la frente. Que todos somos iguales ante la ley cualesquiera sean el color de la piel o el timbre del origen – sin más diferencias que las de las virtudes y talentos de cada uno- según el pensamiento de Goethe – aquella persona capaz de conquistarlas día a día.
Ponle al niño un libro en la mano. Que le hable más de la miel que del aguijón, más del arco iris que de la lombriz, más del ala que de la pezuña. Un libro que huela a naranjales y vendimias y duraznos en sazón, picoteados por los chingolos. Pero que exalte la imagen telúrica del labriego, del viticultor, del hortelano. Un libro que enseñe que dos más dos son cuatro, pero que enseñe también que si hay cuatro bocas con hambre y sólo dos panes, hay que dividirlos con sentido humano y adjudicar medio pan para cada boca.

Un libro que sueñe con la paz, con la tolerancia, con el buen humor. Y fundamentalmente, con que en cada pecho hay un corazón. Ponle al niño un libro en la mano. Un libro que conduzca por caminos de esperanza, de optimismo, de fe. Un libro que sea lámpara como el espíritu de Luis Braille, brújula como “La Epopeya de Artigas”, espejo como la garra del pequeño Dionisio.
 Un libro que todos podamos leer, a cualquier edad, en voz alta o en silencio, con los ojos o con la yema de los dedos...Un libro que anteponga el “nosotros” al “yo”, que imagine al mundo como una familia y al hombre como hermano del hombre.

Un libro que le plantee interrogantes como éstas: ¿Qué le vas a dejar tú al mundo, a cambio del portentoso legado que del mundo recibiste al nacer?¿Cuál será tu cuota de agradecimiento para los millones de hombres que trabajaron para ti a lo largo de los siglos, en la investigación científica, en el arte, en la técnica, en la manualidad, en todos los órdenes de la creación fecunda? Del libro que pongamos en la mano del niño, dependerá la imagen del hombre de mañana.

Emilio Carlos Taconi (Uruguayo)








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